20120702

Smart phones and dummy lusers

La tecnología avanza a toda leche, y es un hecho.
Si volvemos la vista atrás y miramos donde nos encontrábamos hace sólo 25 años, y todo lo que ha cambiado desde entonces puede que nos demos cuenta de esto. Pero si intentamos si quiera imaginar donde nos encontraremos dentro de 10 seguro que nos hace darnos de bruces con la realidad. La tecnología avanza a toda leche.
Si nos centramos en cómo afecta este cambio al ciudadano de a pié como dicen en los noticiarios, o a lo que viene siendo las personas corrientes y molientes, el cambio se puede explicar con el siguiente ejemplo.
Allá por 1981, poco antes del Nundial de Naranjito, a un servidor se le caía la baba cuando el compañero pijín de turno llegó con su flamante Casio con calculadora. Años más tarde nos pareció la bomba, y un artilujio cojonudo para la típica broma doméstica el Casio con mando a distancia, con el que podías cambiar de canal mientras veías como ponía cara de peo tu ya por aquel entonces alopécico progenitor.
Hoy en día sin embargo, cualquier nuevo gadget está al alcance de la mano de casi cualquiera de nosotros, pocos días después de su lanzamiento. Incluso si somos de esos frikilameculosdemarca, podemos hacer la reserva del producto antes incluso de su comercialización. Los cacharros hacen cada vez más cosas, los teléfonos no son teléfonos, la televisión dicen que ya no es tonta y la llaman SmartTV, Internet llega a nuestra por fibra (al menos en algunos sitios), y tenemos un montón de dispositivos de los más cool con un simple nombre en inglés precedido de una i.
Y todo esto, la verdad es que no me parece nada mal. Otro día si me caliento a lo pero trato el tema de la obsolescencia programada o el cómo las multinacionales y los consorcios internacionales nos toman el pelo a base de bien, de cómo nos hemos dejado llevar hacia una vorágine de consumismo de la cual es jarto chungo salir, y todo lo demás (no dejéis de ver si no lo habéis hecho ya, el documental Comprar, tirar comprar). Pero hoy no toca.
Pero ya que estamos hablando de tocar (pero qué bien que lo he hilao, eh!!!), si yo con poder llamar y enviar sms tengo más que de sobratlo que me toca bastante los huevos es la carga extra de trabajo que ha supuesto todo este avance tecnológico, o más bien, el inmenso retroceso neurológico, cognitivo o mental que se ha producido a la par. Con esto no vengo a decir que la capacidad cerebral humana se haya reducido, algo que desconozco. A lo que me refiero por contra, es a la no-adaptación de la mente del creo ya mal llamado homo sapiens a esta revolución digital.
Hasta hace cuatro días como quien dice, y por suerte todavía queda alguno, muchos usuarios de por ejemplo teléfonos móviles o celulares entonaban aquel 'si yo con poder llamar y enviar sms tengo más que de sobra'. Qué tiempos aquellos, qué momentos de felicidad para los que tenemos en la informática o similares como castigo. Pero hoy ya no, hoy todo el mundo quiere tener Internet en el móvil aunque no saben ni lo que es, tener Facebook, Twitter, Whatsapp y no se cuantas mierdas más. Tener una app con un gato al que puedes dar de leches, y que repite todo lo que dices con voz de pitufo maquinero, otra que te permita deformar la cara de tu exnovia en aquella cariñosa foto que le sacaste, otra con la que montar una absurda guerra entre unos pájaros pasados de alpiste y unos simpáticos cerditos, y así un largo etcétera. Y NO, vuelvo al no, porque no es que el simple hecho de que la gente pierda el tiempo con estas cosas me disguste, que no es así, momentos tontos los tenemos todos, y si no es con esto, es mirando un moco en la punta de un dedo. Lo que realmente me calienta, es que a pesar de todo el mundo quiere poder disfrutar de estos y muchos otros aparatos con características avanzadas, la gente sigue presumiendo de no haberse leído ya no un libro en su puñetera vida (y esto con 15 años tiene delito, pero con 50 es cadena perpetua seguro), sino las tristes instrucciones que acompañan su nuevo gadget, sean estas más extensas que la colección de libro del mago más famoso del mundo TV (porque a Gandalf el Gris no le quita el sitio ni el Magic Andreu por más medallas que se cuelgue) o más breves que la receta del tinto de verano. Sólo se limitan a desempaquetar el cacharro con más fuerza que maña, y a trastear un par de minutos para terminar tirando la toalla y recurriendo al pringao howto de turno, y por fin después de tanto rollo, llego a donde quería llegar y si no lo he hecho antes, ha sido para enfriar el núcleo de mala hostia que todavía arde bajo mi pellejo. Es esa gente la que me hace que me joda enormemente no el hecho de que puedas tener en la palma de la mano toda la wikipedia, algo que ya otros habían intentado meter en un disco de 1.4MB, sino el que presuman de su ignorancia y su analfabetismo digital y a la vez te molesten cada minuto para simpleces del tipo, configurame el correo en el móvil, no se por qué ya no me rota la pantalla, ayúdame a poner una carita vomitona con el Whatsapp, y un sinfín de similares.
Por eso y desde aquí, a sabiendas que nadie me lee, con la certeza de que mi lamento caerá en saco roto y de que el mundo seguirá girando a pesar de mis pesares, quiero :
cagarmenlahostiaputaportodosycadaunodelossegundosqueheperdidoyseguroperderéconestastonterías.

Gracias por no leerme.

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